04

28 agosto
preentrega de trabajo práctico.
actualización de consignas.
traducciones entre modelos: del dibujo a la maqueta.

el curso se viene ocupando de dar forma organizada a algunos materiales que provienen de la información disponible de un caso y se orientan a reconocer comportamientos de la envolvente como mediación entre situaciones cualitativamente diferentes.
inicialmente ese proceso de trabajo se ha orientado a la construcción de dibujos, elaborando progresivamente criterios para describir la forma de la envolvente a partir de definir medidas, posiciones, grados de continuidad, cambios cualitativos entre líneas y superficies, etc. 
proponemos ahora avanzar en el trabajo, traduciendo las cualidades materiales y organizativas de los dibujos a las de una maqueta, entendida como un modelo que actualiza y transforma esas características con otra técnica, que determina ahora condiciones específicas. 
cada equipo propondrá la forma de traducir los dibujos a la maqueta, estableciendo una relación directa entre materia y procedimiento constructivo, y materiales y organizaciones gráficas precedentes. 
ese pasaje de dibujo a maqueta establecerá también la necesidad de determinar fuentes complementarias de información para completar un modelo tridimensional, para lo que se convendrá con los docentes el modo de procesar esos datos que la obra o los dibujos previos puedan proveer.  

las maquetas deberán cumplir un par de condiciones:

1. tamaño: no se fija una escala general, pero sí un tamaño aproximado común: las maquetas deben ser bastante grandes pero sensatamente transportables. 
sugerimos volumen mínimo de 30x50x50 cm para afrontar los problemas constructivos de peso y rigidez que hagan influyentes sus condiciones de producción material, y máximo de 60x100x100 cm para evitar que transportarlas hacia y desde la FADU se vuelva exageradamente incómodo.

2. materiales: se propone que la diversidad de materiales a emplear en la maqueta sea la mínima indispensable, y que la técnica de construcción de la maqueta recurra preferentemente a formas de combinación o desarrollo ajustados a cada material (pliegues para láminas, encastres para piezas rígidas livianas, apoyos para piezas pesadas, etc.), que puedan siempre ser descriptos como operaciones formales y simultáneamente constructivas (formas de variación, formas de montaje, articulaciones, etc.). recomendamos no emplear al pegamento como forma de evitar la reflexión sobre la definición de las partes y la cualidad de su combinación para constituir un conjunto. 
no es necesario que la maqueta se conciba como una construcción de una única materia: si entendemos a la envolvente como una unidad compleja, el trabajo puede especular concreta y abiertamente sobre las diferencias de grado y clase en la definición de sus materiales y sus formas de organización. 
cada cambio en la constitución y organización material, ya sea en su forma de fabricación (espesor, sección, rigidez, densidad, etc.), en su materia de origen (madera, cartón, cartulina, yeso, alambre, etc.), en la técnica empleada (formas de ensamblar, de configurar, etc.) será el recurso para cualificar el comportamiento específico de una forma de envolvente que al traducirse de un modelo (gráfico) a otro (maqueta) seguirá robusteciendo, progresivamente, su condición de proyecto.

mientras tanto, seguiremos dibujando.
además de estas indicaciones generales, los docentes podrán establecer en cada grupo criterios particulares para los procedimientos de trabajo.

traemos para apoyar estas consignas uno de los textos introductorios al curso, por ariel jacubovich:

observación y destrucción 

el arquitecto trabaja tratando de producir acuerdos entre cosas y personas, entre paisajes y usuarios que permitan construir otras realidades. a diferencia del ingeniero que sí trabaja desde certezas universales que pueden ser aplicadas indistintamente sobre la realidad, el trabajo del arquitecto se parece más al del economista o el estratega que no habla desde criterios de verdad, sino que describe situaciones que pueden suceder o no y para ello requiere ir comprobando cosas, registrando recursos y definiendo determinaciones y potencialidades. necesita que las pruebas se agraven para poder generar un pensamiento más complejo. la determinación y construcción de los materiales comienza con una instancia de observación. es el momento de atención en el que se catalogan los recursos: lo existente y sus potencialidades. la observación se distancia de la acción de espectador, es en realidad una tarea activa. el trabajo arqueológico puede funcionar como figura para describir la tarea de observación material de lo existente, una observación que recorta, destruye y manipula en el mismo acto que conoce y registra. esta forma de relevamiento de información se realiza casi por extracción, recortando partes, delimitando figuras, manipulando los registros materialmente. no se trata de una traducción de información a través de un sistema de representación que establezca equivalencias entre lo registrado y lo producido. es más bien un trabajo de laboratorio, donde las muestras se someten a experimentos que permitan conocer sus cualidades a la vez que produce transformaciones en las mismas. así, lo que hay, lo que encontramos, asociado con un conjunto de técnicas que manejamos nos permite desplegar un pensamiento.